martes, 22 de junio de 2010

Canciones

Existen canciones que nada más oírlas dan una sensación de buen rollo y sin saber bien por qué te animan. No importa el estado de ánimo que se tenga que consiguen que una vez acabada la canción acabes con una sonrisa. Y con esta canción me pasó eso la primera vez que la escuché por la radio. A ver si a vosotros también os pasa lo mismo.


sábado, 5 de junio de 2010

El colegio

Desde bien pequeña siempre he ido un poco a contracorriente. Cuando estaba acabando el verano, y todo el mundo quería que durara más tiempo, yo quería que empezaran las clases. Para mí el comienzo de cada curso era un motivo de alegría. Recuerdo los nervios del día anterior al comienzo de las clases, como siempre me costaba dormirme, como preparaba el uniforme y la mochila con los bolis y libretas aun sin estrenar. El primer día de clase era el reencuentro con los compañeros, la curiosidad de ver si había alguien nuevo en clase y descubrir si el verano había cambiado a la gente o si todo seguía donde lo habíamos dejado en junio. Ahora, a veces, todavía añoro la ilusión y los nervios del primer día de clase.
Aunque sin duda lo que más añoro del colegio es: el recreo. El estar pendiente del reloj en todo momento, para saber cuanto queda poder salir corriendo de clase y salir a jugar al recreo. De mayores, ya no jugamos. No se tiene esa inocencia de ser feliz con tan poco: un balón, un comba, unos tazos o incluso simplemente corriendo. Nunca entendí porque cuando uno se iba haciendo mayor parecía que no podía disfrutar tanto del recreo, parecía que eso era para los niños. Como si el divertirse jugando estuviera prohibido a partir de cierta edad.
Quizás cuando estamos en el colegio no nos demos cuenta de la suerte que tenemos de poder ir al colegio. Es mucho más importante de lo que pensamos. Ahí es donde seguramente haremos los primero amigos, donde nos formaremos como personas, donde vemos por primera vez lo que es un examen, donde aprenderemos a respetar, donde nos llevaremos las primeras desilusiones con la gente y donde tomaremos la decisión de qué hacer con nuestro futuro.
Todo el mundo, todos los niños deberían de tener la oportunidad de recibir esa educación, y duele ver como aquellos que tienen los medios no lo valoran y otros, en cambio, crecen esperando poder tener un pupitre y una clase.